Un audaz y planificado asalto a una distribuidora ubicada en San Lorenzo, entre las calles Congreso y la avenida San Martín. El robo desatado una serie de especulaciones y sospechas sobre una posible traición interna.
Los hechos ocurrieron al mediodía, un momento del día cuidadosamente elegido por los delincuentes, según indican fuentes cercanas a la investigación. En el lugar, una joven empleada de limpieza se encontraba realizando sus tareas habituales cuando fue sorprendida por dos individuos. Los hombres, que parecían conocer bien el interior de la distribuidora y sus rutinas, la llevaron a la oficina principal.
Dentro de la oficina, los ladrones encontraron una caja fuerte que había sido previamente abierta. Sin embargo, su objetivo principal parecía ser otra cantidad de dinero que estaba guardada en la misma oficina: alrededor de 7 millones de pesos. La precisión del golpe sugiere que los perpetradores contaban con información privilegiada sobre la ubicación del dinero y las debilidades de seguridad en ese horario específico.
Las autoridades no descartan la posibilidad de que un empleado infiel haya pasado el dato crucial a los delincuentes. “Parece una entrega”, comentó un investigador, refiriéndose a la aparente facilidad con la que los ladrones accedieron al dinero y evadieron los sistemas de seguridad de la distribuidora. La elección del mediodía, un momento en el que la vigilancia podría estar relajada y el personal reducido, refuerza esta teoría.
Mientras tanto, la joven empleada de limpieza, aunque ilesa físicamente, se encuentra en estado de shock tras el violento encuentro. Su testimonio será clave para esclarecer algunos de los aspectos más oscuros del caso, aunque la rapidez y precisión del golpe indican que los responsables estaban bien preparados y posiblemente ya habían evaluado todas las variables.

El incidente ha generado un clima de desconfianza y sospecha entre los empleados de la distribuidora, quienes ahora deben lidiar con la posibilidad de que uno de los suyos haya sido cómplice en el robo. La policía ha intensificado las investigaciones y está revisando cámaras de seguridad, registros de empleados y cualquier comunicación que pueda ofrecer pistas sobre los perpetradores y su conexión interna.